Desde que comenzó el conflicto entre Rusia y Ucrania, el Papa Francisco dirigió una invitación a toda la humanidad a unir nuestras voces para rezar por la paz y crear conciencia de la necesidad e importancia de ese don tan preciado como es la paz.
Y nosotros hemos respondido. Y hemos respondido como familia y escuela carmelitana que es El Liceo, mirando a Nuestra Señora la Virgen y depositando en su INMACULADO CORAZÓN toda nuestra plegaria para que sea Ella la que interceda en estos momentos de dolor y de incertidumbre uniendo nuestras voces para pedir por la paz. Hemos querido pedir también por esos corazones rotos por el odio y la desesperación. Por aquellos que lloran la perdida de sus seres queridos a consecuencia de la guerra. Por todos aquellos que han tenido que dejar sus casas para dirigirse al terreno de lo desconocido, del miedo, de la inseguridad.
Pero no sólo rezar, que es lo que durante semana y media hemos hecho pasando cada curso por la iglesia dedicando diez minutos de nuestro tiempo, sino creando conciencia de paz y uniendo nuestras voces a través de la lectura de un manifiesto en el patio de nuestro centro, a otras tantas voces que han manifestado públicamente si deseo el deseo de paz y concordia entre Rusia y Ucrania, y por consiguiente, para toda la humanidad.