Devoción a la Virgen del Carmen
La devoción a la Virgen del Carmen surge en el Monte Carmelo (Israel) en el siglo XII. Un grupo de peregrinos y cruzados desencantados por los horrores de la guerra deciden retirarse en el pequeño valle de Wadi-es-Siah. En dicho valle vivió el profeta Elías, el más importante de los profetas de Israel, junto a su discípulo el profeta Eliseo. Es en esta parte del Monte Carmelo (Karmel significa en hebrero “jardín”) donde establecen sus ermitas asistiendo diariamente a una capilla dedicada a la Virgen María. De aquí el origen de la devoción: La Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, o del Carmen.
El valle de Wadi-es-Siah es pequeño y angosto. Desde las ermitas de aquellos primeros carmelitas tenían una visión sin igual del Mar Mediterráneo. Es una estribación del Monte Carmelo que mira al mar. Es así cómo la capilla de la Virgen del Carmen se convierte en faro espiritual para los navegantes, recibiendo el sobrenombre de Stella Maris (Estrella de los Mares). La Virgen del Carmen se convierte en la patrona de las gentes del mar, a la que invocan en medio de la tempestad.
Tras la expulsión de los cristianos de Tierra Santa estos ermitaños se ven obligados a emigrar a Europa donde la Iglesia les pide que se refunden en Orden Mendicante. Sin embargo, en el año 1251 la Orden de los Carmelitas atraviesa serias dificultades, viendo amenazada su propia existencia. El padre General de la Orden San Simón Stock pide un signo de protección a Nuestra Madre. Su oración es escuchada y se le aparece la Virgen del Carmen entregándole una prenda de su propio vestido, el Escapulario, diciéndole: “Éste es para ti y los tuyos un privilegio. Quien lo porte será salvado de todo”. Es así como se difunde en toda Europa y después en todo el mundo la devoción a la Virgen del Carmen como intercesora en el purgatorio.
Hoy, nueve siglos después del inicio de aquel eremitorio en el Monte Carmelo, la advocación de la Virgen del Carmen es la devoción mariana más extendida en España y una de las más difundidas en todo el mundo. Así lo constata el informe del INE (Instituto Nacional de Estadística) del 1 de enero de 2015 sobre los nombres de mujeres más usados en España, siendo los tres más usados los siguientes: María del Carmen (672523 mujeres), María (642319) y Carmen (423452).
Imagen de Nuestra Señora del Carmen Coronada de San Fernando
Los Carmelitas Descalzos llegan a la Isla de León en 1680. Unos años más tarde, en 1698, se funda la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, en el convento fundado por los frailes. Su primer Hermano Mayor fue D. Luis de Ardila que donó a la hermandad la actual imagen de Nuestra Señora del Carmen, obra anónima de procedencia genovesa.
Desde entonces esta devoción caló hondo en el corazón de los isleños que la invocaron como protectora en los momentos más difíciles: en 1775 hubo una procesión rogativa para apaciguar las aguas del maremoto de Lisboa; en 1794 para dar gracias por el triunfo de las Armas españolas sobre las napoleónicas; en 1800 para mitigar la epidemia de fiebre amarilla; el cólera de morbo asiático en 1854; y la gripe en 1918.
A iniciativa del Marqués de la Victoria, en 1769 se traslada el Departamento Marítimo de Cádiz a la Real Villa de la Isla de León. Gran devoto de la Virgen impulsa la devoción carmelitana en la Armada iniciándose una indisoluble relación que lleva a notables marinos a ocupar los cargos de Hermano Mayor y Oficiales de la Hermandad.
En el año 1812 es bendecida, ante la imagen de Nuestra Señora, la bandera con la que inauguraba la Academia de la Escuela Naval por el obispo de Sigüenza. Así como en 1870 se realiza una solemne procesión hacia la población militar de San Carlos, donde la imagen de Nuestra Señora presidió la inauguración del Panteón de Marinos Ilustres.
Es tal la vinculación de esta imagen de la Virgen del Carmen con la Armada española que a principios del siglo XX, siendo Prioste el Coronel de Artillería D. Juan Aguilar y Lozano, se eleva la propuesta de su nombramiento como Patrona de la Armada a la Reina Regente Doña María Cristina de Habsburgo. Dicha petición es aprobada y firmada por el Ministro de la Marina, D. Cristóbal Colón de la Cerda, Duque de la Veragua, por Real Decreto de fecha de 19 de abril de 1901.
En reconocimiento por tal alta distinción la Hermandad acuerda al año siguiente nombrar Hermano Mayor Honorario al Capitán General del Departamento Marítimo. Asimismo, la Santísima Virgen, por Decreto publicado en el Boletín Oficial del Ministerio de la Marina el 10 de agosto de 1955, recibe los honores de Capitán General.
El 14 de junio de 1920, atendiendo a la petición elevada por el Ayuntamiento presidido por D. Salvador García Suffo, mediante Rescripto Pontificio de Su Santidad Benedicto XV, la Santísima Virgen del Carmen fue nombrada Patrona de la Ciudad de San Fernando. En 1954, siendo Alcalde D. Francisco García Ráez, recibe la distinción de Alcaldesa Perpetua por acuerdo del Pleno celebrado el 27 de octubre.
Culmen de esta fervorosa devoción fue su Coronación Canónica y Pontificia. Su Santidad el Papa Pío XII ordena mediante un Breve Pontificio Vaticano la Coronación de la Patrona. El día 12 de octubre de 1951, el obispo de Cádiz D. Tomás Díez Gutiérrez, en nombre del Santo Padre, coronó a la Santísima Virgen y su Divino Niño.
En 1948 se inicia la andadura de un nuevo colegio en San Fernando. De modo muy humilde, casi a semejanza de aquel hogar de Nazaret en el que se crio el Niño Jesús, en los sótanos del convento de los carmelitas descalzos en San Fernando, bajo la protección de Nuestra Madre Santísima del Carmen, un grupo de niños reciben sus primeras clases de manos de los frailes del convento. Son tiempos difíciles los de la postguerra y la necesidad de pan y de letras es acuciante entre las familias de pescadores de la Isla. Hoy aquel colegio de humildes comienzos se ha convertido en una luz que ilumina no sólo a San Fernando, sino a la misma Bahía. Es ella, la Stella Maris, que, al igual que en aquel pequeño valle del Monte Carmelo, cuida con amor maternal de sus hijos.